miércoles, 19 de junio de 2019

El Gremio/The Guild



El Gremio tal y como se entiende actualmente ha pasado por muchas transformaciones, aunque sus orígenes provienen de la antigua tradición de la familia de construcción naval Castellani y la familia de pescadores Nicolottis. Las dos familias se declararon en guerra y crearon los primeros gremios en Venecia, grupos que aparentemente trabajarían juntos en beneficio de sus propios trabajadores, pero que en realidad solo se crearon para organizar los combates entre las dos familias. El Gremio está conformado por componentes de estos dos grupos y por más gente aún, que fueron incorporándose ruto de la paulatina pérdida de poder sobre la ciudad.

Venecia siempre tuvo una serie de gremios que representaban a los diversos negocios de la ciudad. Mientras Venecia entraba en un conflicto financiero, los Gremios fueron perdieron su poder y abandonando el control sobre Venecia, convirtiéndose finalmente en nada más que en un grupo de plebeyos sin trabajo y empobrecidos. Esto los llevó a dirigirse hacia el centro criminal de Venecia. En poco tiempo el Gremio de Ladrones se convirtió en el gremio más grande y más fuerte de la ciudad.

El gremio de los ladrones tenía agentes en toda la ciudad y, por lo tanto, estaban al tanto de todos los tratos y de cada entrada y salida de la ciudad. Los atracos, la extorsión y el contrabando se convirtieron en el comercio de facto de la ciudad, y fue aquí donde estos desempleados encontraron un hogar.

Con el tiempo, el Gremio de ladrones hizo tratos con los otros gremios de toda Venecia. Primero llegaron a un acuerdo con los burdeles, ya que éstos con sus rameras y Gnaga se encontraban en una posición privilegiada para descubrir los secretos de las gentes de Venecia, lo que encajaba perfectamente con los métodos del ,ya discreto, Gremio de Ladrones. 
Los ladrones darían dinero o protegerían a los burdeles; a cambio, los burdeles les darían a los ladrones secretos sobre su clientela. Los aristócratas ricos visitarían un burdel, el Gremio de ladrones sería informado y mientras el aristócrata disfrutaba de la compañía del burdel, sus posesiones notables habrían sido robadas. 

O podrían acecharlo en el camino a su casa, esperando emboscar al noble desprevenido. De una manera o de otra, su visita al burdel habría sido mucho más costosa de lo que el noble pensó originalmente.


Con el tiempo, más y más gremios y organizaciones tuvieron tratos con el Gremio de ladrones. La mayoría tuvo que aceptar renunciar a su moral y a sus orgullosos códigos para poder alimentar y vestir a sus seres queridos. Para cuando apareció la Herida, el Gremio de los ladrones era conocido simplemente como El Gremio, habiendo tenido asociaciones con docenas de gremios diferentes, todos ahora bajo un solo estandarte.

Desde el surgimiento de la Herida de los cielos, debido al aumento masivo del comercio y la apatía de las clases dominantes para con la ciudadanía en general, los miembros del Gremio ha aumentado considerablemente su número.
Venecia se ha convertido en un lugar peligroso para el ciudadano medio. Los ataques de las mascaradas de los Patricios, las cargas del Vaticano contra la ciudadanía, los rumores de monstruos de los canales y los experimentos nocturnos que los Doctores realizan sobre ciudadanos incautos. La gente busca protección y el Gremio está encantado de poder proporcionárselo, por un precio.

 Una vez que se haya aceptado la protección del Gremio, será un acuerdo de por vida y se tendrán expectativas sobre la persona que obtenga la protección del Gremio. Se han despertado a muchos en la noche con el fin de que refugien a un ladrón buscado que se esconde de las autoridades, o llamando a la puerta y ordenándoles que vengan y luchen por el Gremio, especificando que no tienen opción.

A medida que crecen las amenazas en Venecia, crece la influencia del Gremio. Se dice que no se puede caminar por ningún callejón de Venecia sin que el Rey de los ladrones sepa exactamente cuándo caminó por allí, con quién habló y qué llevaba. Hoy en día, el Gremio no busca alianzas, la gente acude a ellos y, por el precio correcto, escuchará a cualquiera que quiera llegar a un acuerdo.

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